Gracias a su gran resistencia natural a grasas, aceites, agua, etc. así como a temperaturas de – 70°C a + 500°C, el cojín metálico standard o específico se utiliza en muchas aplicaciones industriales en ambientes corrosivos.
La rigidez exponencial del cojín metálico garantiza un efecto de tope progresivo y permite mantener constante la frecuencia natural para una gama de cargas muy amplia.
Con una frecuencia propia comprendida entre los 10 y 30 Hz y un amortiguamiento del orden del 15%, los cojines metálicos permiten aislar máquinas giratorias que giran con una velocidad superior a 2.000rpm.